- Pero ¿es que no le gustas? preguntó su amiga..
- A veces creo que sí y otras creo que no. Siempre procura evitarme; sale de donde está cuando yo me dispongo a entrar; no quiere tocarme, ni siquiera mirarme. Pero a veces descubro que está mirándome, y entonces.., bueno, ya sabes cómo te miran los hombres cuando les gustas.
-Sí.
-No llego a entenderlo.
El hecho de no entender lo que le ocurría al chico la turbaba profundamente.
-Porque, ¿sabes, amiga?, me gusta mucho.
Le gustaba cada vez más.