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giovedì


Tuvo como profesor a un diablo bien pirata que le enseñó que la vida NO SIEMPRE ES GANAR, ÉL LO APRENDIÓ, LO MASTICÓ y por fin, supo llorar. 


Tuvo como profesor a su ángel de la guarda que le enseñó QUE UN FRACASO NO SIEMPRE ES PERDER, ÉL LO APRENDIÓ, LO MASTICÓ Y POR FIN, SUPO REÍR.

Y hoy el diablo y aquél ángel ven al pequeño saltamontes romper paredes con el bocho una vez más, van a brindar por lo que fue su mayor creación de integridad.