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sabato

Me escapé del mundo yéndome al norte, pero otro mundo esperaba allá; yo arrimé siempre disparo a mansalva, pero esa piel fue particular. La haces muy bien y aunque te hierva la sangre te encadenas para no llamar. Cómo haces? Conozco todos tus trucos, pero aún así me das que pensar. Te guardas el orgullo donde nadie pueda dudar de que lo tenes. Y así vas sin perder el objetivo, pidiendo dos cuando queres tres. Ya estoy bien, ya me ordené mi desorden y aquellas voces no me hablan más. Por favor, mentime y dame la espalda, otra vez no quiero patinar. Y me esperas más de la cuenta, siendo siempre el que yo soñé; y firme yo me encierro en que es peor, amar y envejecer. Qué esperas? Mostrame todas las cartas, a cara de perro yo no sé jugar. Me endulzas el ego siendo sincero, dale un poco más y te va a pedir más. Lo sabes, no hay arma más seductora, que contestar siempre con la verdad. Siempre estas del otro lado del muro, de los lamentos que me contás. No sé hablar sin decir malas palabras, amantes, mentira, infidelidad. Nunca más te vendo un gato por liebre, por no ser cruel pierdo honestidad. No es el fin, el problema son los medios; no es algo que pueda respetar.