Pero qué diferencia hay si de la conciencia no nos podemos librar, esa guía innata y leal, que vos bien sabes no siempre podemos respetar. No siempre podemos..
Y hoy debe ser la tuya mi peor enemiga, la que te echa la culpa, por no saber aguantar tus ganas y las mías, de parpadear una vez más. Vos no te preocupes, que yo voy a intentar que pegue media vuelta y patee para allá. Sé que nos es irreversible este proceso, pero no quiero que vaya hacia atrás.